El reloj dio las ocho de la mañana. Me levanté, me vestí, desayuné y me fui al colegio. Raquel, mi compañera, me pregunto:
–“María, ¿has hecho los deberes?”
Le respondí:
– “Sí, ayer cuando llegue a casa mi padre me ayudó. ¿Y tú?”
– “Yo siempre hago mis tareas; sin embargo, ayer no pude hacerlas. Mis padres me llevaron al médico porque tenía una fiebre muy alta y volvimos muy tarde a casa."
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